¿Qué más hay que pedir para profesionalizar al fútbol femenino?

femenino antofagasta

El amateurismo sigue rodeando al fútbol femenino en Chile y este fin de semana los clubes superaron todo límite. La decepción es grande, pero la rabia es movilizadora.

Escribo esta columna de opinión envuelta en la rabia y la decepción. Contragolpe está a punto de cumplir tres años desde el primer programa, que fue el 19 de agosto del 2019, y ni un solo día me he arrepentido de seguir y cubrir el fútbol femenino todos los días. Pero a veces se hace tan difícil que es inevitable querer botar la furia contra todos quienes reman a contracorriente y no aportan al crecimiento y desarrollo del fútbol femenino.

Este fin de semana se programaron dos partidos el día sábado y cinco el domingo en la definición de la fecha 15 del Campeonato Femenino 2022. ¿Simultáneos? Sí, varios, pero no todos los partidos clave por sellar las clasificaciones al grupo A, de los play-offs de campeonato. La primera mala, porque obviamente era el momento perfecto para programar todo al mismo tiempo (como han hecho todo el año).

Huachipato recibió a Universidad Católica en El Morro a las 11:00 am, en un encuentro que era importantísimo para definir las clasificaciones. ¿Transmisión? No, como en todo el torneo. ¿Minuto a minuto? Oficialmente no, salvo algunos tweets de Cruzados. Excepto por lo que reportaron ellos, Revista Futfem y Frecuencia Cruzada, casi no hubo información del partido. ¿Desde el elenco acerero? Bien, gracias, 0 data.

A la misma hora jugaban Deportes Antofagasta y Santiago Morning, en la cancha 3 del Calvo y Bascuñán. Pero a las 10:30 se informó que no jugarían ahí y que el partido empezaba a las 12:00. ¿Qué pasó? El club local no pidió permisos y la alcaldía no los otorgó, porque programaron un evento de running. Entonces comisario ANFP y ambos clubes buscaron otro recinto disponible y se fueron a jugar a las Canchas Lautaro, un complejo que se utiliza para fútbol recreativo.

En palabras simples: lo arriendan para pichangas y a las 10:50 am, una hora antes del partido, se estaba jugando una liga de oficinistas. Obviamente todo empezó a las 12:20 y, aunque alcanzó a haber transmisión, todo estuvo enmarcado en un aura de amateurismo importante. En el entretiempo ambos equipos se quedaron sentados en el banco de suplentes, donde cabían 7 personas. El resto estaba en el suelo.

¿Cómo va a seguir creciendo en profesionalización el fútbol femenino si nos cambiamos de cancha media hora antes del pitazo inicial? ¿Si los clubes no transmiten ni informan de lo que ocurre con sus mujeres? ¿Si les da lo mismo faltar el respeto e incumplir con mínimos de condiciones para sus ramas adultas? Y ni hablar de las categorías del fútbol formativo, que terminaría mañana de escribir.

Es difícil imaginarse que en octubre, cuando la ley Nº21436 entre en vigencia, esto va a cambiar de la noche a la mañana. Que, de repente, habrá transmisiones de las fechas completas, la información estará disponible para todos, se jugará en estadios principales y no en canchas improvisadas y que los clubes en serio respetarán al fútbol femenino.

La decepción es grande, porque uno espera mucho más de las instituciones. Pero la rabia, al menos a mí, me moviliza. Y quiero seguir todos los días luchando por visibilizar un fútbol femenino que ruega por mejores condiciones; pelear cuando hacen las cosas mal y aplaudir cuando hacen las cosas bien. Porque necesitamos las funas, pero también los elogios.

Elijo creer todos los días, e intento no ser rencorosa cuando alguna institución decide ponerse las pilas. Filo si ayer lo hicieron mal, si hoy se comprometen yo creo en su palabra y olvido las carencias anteriores. Pero pucha que es difícil cuando la sensación, con todos los actores que rodean al futfem, es que uno está navegando a contracorriente al luchar todos los días por mejoras y remedios.

El compromiso que tengo, como directora de Contragolpe con el fútbol femenino, es como la energía solar: renovable e inagotable. Aunque es difícil seguir, queremos y nos comprometemos a seguir. Ojalá día a día poder darle más cobertura al ascenso y al fútbol joven, pero lo intentamos, lo juro. Ojalá llegar pronto al mundo ideal en que eso se cumple al cien por ciento, como deseo. Es obligación de todos los actores que rodeamos esta disciplina darle las condiciones que merecen a las mujeres que juegan fútbol, ¿por qué todavía hay entidades que no lo entienden?

Foto: Contragolpe

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Geraldine Molina

DIRECTORA | Periodista deportiva, intento de feminista, futbolera. Cree que a cada persona la define lo que ama, por eso su lucha por el fútbol femenino viene desde el amor que siente por él, y por la dignidad que se merecen las futbolistas.

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