Si se hace en serio, funciona

Universidad de Chile celebra

Son días felices para Universidad de Chile; pura alegría, en realidad. Y, cómo no, si con su triunfo del viernes sobre Colo Colo, las “Leonas” aseguraron una histórica participación en la Copa Conmebol Libertadores Femenina 2020, un hecho inédito para la escuadra universitaria, que ahora integra el selecto grupo de cuadros chilenos (Everton, Colo Colo y Santiago Morning) en el libro principal del torneo más importante de América.

¿Mérito de las jugadoras? Claro, si la escuadra azul fue una máquina durante todo el torneo Transición y lo ratificó en el partido por el “Chile 2”. ¿Del cuerpo técnico? Por supuesto, ya que Carlos Véliz supo administrar de buena manera a un plantel lleno de estrellas. Pero la clave en el éxito azul tiene una arista de la que poco se habla y que debería ser la piedra angular del desarrollo del fútbol femenino chileno: la voluntad, libre y soberana, del Club Universidad de Chile (o de Azul Azul, si prefiere) de potenciar en serio a su rama femenina.

Acá hubo un plan de trabajo, diseñado y ejecutado, cuyo fin último fue el desarrollo del “Producto Universidad de Chile Femenino” y, con ello, instalar al equipo en el primer nivel nacional.

Echando una mirada en el registro histórico de la “U” en nuestros torneos nacionales, las “Leonas” transitaron casi siempre por el segundo orden. Es cierto, está el título en 2016, conducido técnicamente con brillantez por el hoy ayudante de José Letelier en la Selección Andrés Aguayo, el cual estuvo basado en un plantel con figuras importantes (la incombustible Tati Pérez, Fernanda Pinilla, Nicole Fajre, Ámbar Soruco y un largo etcétera) y, principalmente, en un bolsillo anónimo y desinteresado que permitió la llegada a nuestros pastos de la goleadora argentina Mariana Larroquette.

¿Apoyo institucional? Pocazo; quizás sí algún reconocimiento a la rápida, en el entretiempo de algún partido del plantel masculino. Y así como llegó, se esfumó. Tras alzar la Copa, la “U” volvió a su acostumbrado segundo plano.

Hoy, la actividad exige compromiso institucional, soporte, planificación y desarrollo estratégico. Lo han demostrado con creces Santiago Morning, Colo Colo y, hoy, Universidad de Chile.

Antonio Loma-Osorio.

Hoy, la realidad es radicalmente opuesta. La institución apostó de verdad en su rama femenina. No es relevante si todas y cada una de las integrantes del plantel cuentan con un contrato profesional. Lo que ha trascendido, al menos, es que figuras como Carla Guerrero, Daniela Zamora, Yael Oviedo (hoy, en el Santa Fe colombiano) o “Paloma” López sí reciben un salario por defender la casaquilla azul. Es el camino y, si se avanza en esa dirección, como corresponde, ya pronto todas serán funcionarias del club.

En el plano comunicacional, lo hecho por la tienda azul también tiene un mérito inmenso. Cuando en octubre pasado presentaron a la “Jefa” Guerrero como flamante refuerzo proveniente del Rayo Vallecano español, la campaña de bienvenida fue acompañada por espectaculares fotos y guiños a su reconocido apodo en las plataformas digitales oficiales del club.

Es más, en cada aviso publicitario por nuevas camisetas o nuevos accesorios, se hizo habitual el rostro de Daniela Zamora a la par con algún ídolo del equipo de hombres. ¿Resultado? Durante el “Chile 2” las redes sociales ardieron con comentarios del tipo “Pucha, que es buena la Dani Zamora” o “Mi hija admira tanto a la Carla Guerrero”.

Quienes estamos hace años en el fútbol femenino chileno, nos familiarizamos demasiado con la épica. Nos acostumbramos, por ejemplo, a ese amor incondicional que tiene Claudio Quintiliani por la actividad y quien, escudado por guerreras invencibles como Nicole Gutiérrez, “May” Hernández, “Cote” Urrutia o “Luli” Riquelme, por nombrar solo algunas, han hecho de Palestino una fuerza de temer. Sin el soporte de nadie, sino a puro “ñeque” y amor por el deporte.

La “U” decidió tomar el rumbo correcto y ¡miren donde está hoy!: ad portas de su primera participación internacional.

Ya no basta con historias épicas, quijotescas, de conquistas heroicas y “a las que te criaste”. Hoy, la actividad exige compromiso institucional, soporte, planificación y desarrollo estratégico. Lo han demostrado con creces Santiago Morning, Colo Colo y, hoy, Universidad de Chile.

El producto está ahí y es imperioso que los clubes entiendan que es su responsabilidad desarrollarlo y, luego, cosechar los frutos de lo sembrado. El logro conseguido por las “Leonas” prueba, sin espacio para rodeos, que si esto se hace en serio, sí funciona.

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Antonio Loma-Osorio

Periodista y Licenciado en Comunicación Social. Trabajó en cadenas internacionales de deportes como PSN y GolTV. Por 8 años fue el jefe de prensa de la Seleccion Chilena. Integra el panel de expertos del Diario The Guardian, que elige a las 100 mejores futbolistas del mundo.

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