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Geraldine Molina 
La delantera nacional habló de lo humano y lo divino, en conversación con CONTRAGOLPE. Para María José Urrutia hay mucho que hacer en el fútbol nacional, pero aplaude los logros que se han conseguido estos años.
María José Urrutia es una de las inamovibles de La Roja de cara a los Juegos Olímpicos. Su llegada a Colo-Colo previo al Campeonato Nacional 2021 fue uno de los fichajes más bombásticos en el fútbol nacional, pero Cote es mucho más que la autora del primer gol de la Selección en una Copa del Mundo.
Deportista de élite y también mamá, Urrutia habló en exclusiva con CONTRAGOLPE de todo lo que trae su futuro. En el Cacique, por ejemplo, donde ya debutó en las redes; con Chile, con quien espera viajar a Tokio 2020 en julio próximo. Del futfem local, el que espera pronto sea profesional en su totalidad. Y del amistoso ante Alemania, contra quien repetirá dos años después.
Su arribo a Colo-Colo
— ¿Cómo te sentiste después de tu debut en Colo-Colo?
— Bien. De parte de mis compañeras, de los profes, todo bien. Sé que tenían la confianza en mí; varias me dijeron que si entraba iba a hacer un gol. Quería debutar de la mejor manera con mi nuevo club. Estoy contenta. No estoy al cien aún, todavía estoy con el tema de la lesión, pero pude jugar 20 minutos y lo traté de hacer de la mejor forma. Yo siempre trato de dar lo mejor de mí. Y si es en pos del equipo, obviamente que estoy feliz.
— ¿Cómo fue tu llegada a Colo-Colo? ¿Cómo se vive?
— El ambiente, por lo que me han contado mis compañeras que estaban el año pasado, ha cambiado bastante con los profes nuevos. Ellos hacen bastante agradables los entrenamientos; una se levanta con ganas de ir a entrenar, de estar con ellos, de hacer los trabajos. Físicamente estamos mejorando muchísimo para lo que veníamos haciendo el año pasado. Han cambiado muchas cosas. Yo lo veía de afuera, también tengo amigas y compañeras que me han comentado cómo era el tema, y ahora creo que es totalmente diferente. El grupo está súper unido y todas nos llevamos súper bien. Creo que se ha notado dentro de la cancha un cambio en lo anímico, en el juego y en el grupo.
— ¿Cómo analizas el partido vs Fernández Vial y lo difícil que les pusieron el partido?
— Creo que los DT se están dando cuenta que no es solo llegar y jugar, y están estudiando a sus rivales. El Vial viene haciendo las cosas bien, se están armando. Siguen llegando refuerzos y están tratando de profesionalizar el fútbol. Y se notó. Nosotras las teníamos más que estudiadas, pero se pararon bien, no nos daban espacios. En el primer tiempo no se pudo entrar. Y supieron ocupar sus fortalezas.
El futuro del fútbol femenino
— ¿Qué le falta al fútbol femenino para eliminar las goleadas abultadas?
— Va en un tema de que se nota qué clubes se están poniendo las pilas, quiénes están profesionalizando el fútbol. También se nota a los que no. Hay equipos que han pedido suspender sus partidos y es porque no les dan la chance de entrenar, no le pasan canchas al fútbol femenino, y eso se ve reflejado en la cancha. No puede ser que niñas de otros equipos te digan que viajan a Santiago sabiendo que van a recibir 10, 11, 12 goles. Yo creo que para las niñas es fome saber que vienen a recibir una goleada. Es porque no todos los clubes están trabajando bien. Si bien hay equipos que han crecido y están profesionalizando el tema, es mucha la distancia con otros clubes, algunos de región.
— ¿Tú crees que la primera división es para todos? ¿O debiera ser más restringido aún?
— Sí, por eso creo que debe reactivarse la Primera B. No puede estar parada la B. Todas tenemos que estar y tener las mismas oportunidades que le están dando a los hombres en todas las divisiones. Hay que activar el fútbol femenino si queremos que siga creciendo.
— ¿Cómo ves el campeonato de aquí hacia adelante?
— Igual se han visto cambios. Yo sé que siguen dándose estas goleadas, pero hay clubes que están cambiando. Por ejemplo el Vial, que está creciendo. Audax viene hace rato así; no sé si el club las ayuda mucho o no, pero ellas siempre están ahí, le hacen partido a los grandes. Católica, que es un claro ejemplo de un equipo que no se quiere poner las pilas con el fútbol femenino; mientras los hombres llevan cuántos años siendo primeros o estando arriba. Pero no se ponen las pilas con el femenino, recién les están pasando el estadio. Y te lo digo porque yo estuve 10 años en Católica y creo que es un club que está muy al debe con el fútbol femenino.
— ¿Llegan los cuatro grandes a la definición del torneo?
— Mira, a mí me carga esto. Yo nunca me siento segura. Juego todos los partidos como si fueran una final. No voy a hablar por los demás, yo hablo por Colo-Colo, que es mi club actual, y nosotras nos jugamos todos los partidos como si fueran una final. O por lo menos yo. Creo que nosotras sí vamos a llegar a play-offs, vamos a jugarlo así porque estamos haciendo un gran trabajo con nuestro cuerpo técnico.
La Roja olímpica y su largo viaje
— ¿Dónde empezó el viaje de lo que es hoy La Roja?
— Creo que en la Copa América (2018) empezó todo; para todas, no solo para mí. Esa copa causó en mí un antes y un después. Aunque a la Copa América yo me metí un mes antes a entrenar, no más, y fui la última en estar en la lista, fue un logro llegar a estar en la lista. La Copa América se jugó acá y anímicamente eso nos ayudó a todas. Haber sumado minutos en los partidos, haber hecho cosas importantes; traté de demostrar lo mejor de mí y ayudar al equipo a que pudiésemos hacer algo, o clasificar. Esa Copa América marcó un hito importante en mi vida.
— ¿Tú te proyectabas consiguiendo un cupo olímpico?
— Sinceramente, para la Copa América yo ni siquiera era titular. Jugaba con suerte 15 minutos, si es que me ponían, aunque siempre quise ser titular. He visto una evolución en mí, y mucha gente también la ha visto, en cuanto a lo físico. A mí la pandemia me ayudó a darme cuenta de varias cosas; aprendí a ser una deportista de élite, si se puede decir así. Empecé a entrenar, hasta tres veces a la semana. Dos veces al día. Empecé a bajar de peso, a cuidarme más. A entender lo importante que es la alimentación, más allá de hacer ejercicio, también el descanso. Ni siquiera en el mundial lo asimilé así. Después de Francia me dije ‘sí, podemos clasificar a unos JJOO. Estamos para esto’, y a medida que se acercaba vi que teníamos más posibilidades.
— ¿Cuán diferente es La Roja que clasificó al Mundial y la que consiguió el cupo a los Juegos Olímpicos? Más allá de los nombres…
— Creo que va en un tema mental. Todas nos dimos cuenta que, como clasificamos al mundial y enfrentamos a varios equipos que estaban al alto nivel y que están hace rato en la élite del fútbol, nos faltaba algo. Nos dimos cuenta que clasificamos porque en Sudamérica el físico es diferente. Y eso ha marcado algo súper importante en nosotras, porque ahora la mayoría sabe que tiene que alimentarse bien, que el descanso es sumamente importante, que también hay que mantenerse entrenando. Si te dan un día libre, bacán, es día libre, pero una tiene que hacer un regenerativo o algo así.
Una va conociendo su cuerpo de mejor forma, en cuanto a las lesiones por ejemplo; sabes cuándo puedes seguir y cuándo no. Cuánto se puede entrenar con dolor, porque siempre una entrena con dolores, pero una conoce sus límites para no embarrar su carrera. Todas tenemos una mentalidad bastante diferente; ni siquiera desde la Copa América, quizás desde el Mundial. Ahí cambiamos varias el chip.
— ¿Cuán difícil fue Camerún? Pasaste en el suelo, trancando con la cabeza…
— Ufff. Nunca me ha dado miedo, siempre he sido una jugadora valiente, y si tengo que ir a trancar con la cabeza lo voy a hacer. Lo he hecho hasta en entrenamientos, porque el fútbol es algo que me apasiona. A veces me nace hacerlo, entonces lo hago, y no pienso en que me puedo romper la cabeza o que me van a pegar una patada en los ojos; eso es lo que menos pienso. Por eso quizás me han pasado tantas cosas, jajaja. Como contra Australia, que me comí un combo de la arquera. Pero son cosas del fútbol, yo lo disfruto y es mi forma de ayudar al equipo: luchando, teniendo el balón, protegiéndolo, aunque me hagan faltas. Yo lo voy a hacer, yo voy a la guerra.
— ¿Por qué se le gana a Camerún?
— Nuestra mayor virtud se puede ver en los goles que hemos hecho, de balones detenidos. Los trabajamos súper bien, las estudiamos súper bien. Sabemos que lo mejor que tiene Camerún, y los equipos africanos en general, es su físico y su velocidad, y eso había que contrarrestarlo con tenencia de balón y generar la mayor cantidad de faltas cerca del área. O generar faltas para poder descansar y tener un respiro. Creo que lo planteamos bien, ganamos 2-1, después empatamos 0-0 y nos ganamos el cupo a los Juegos Olímpicos.
— ¿Cómo va a ser el partido vs Alemania?
— Ahora va a ser diferente. Todas estamos mejor físicamente y mejor preparadas en cuanto a fútbol. Tenemos nuestra identidad de juego; aunque en la Copa América también la tuvimos, creo que la hemos evolucionado en cuanto a los rivales que estamos teniendo, como Alemania, Estados Unidos, Suecia. Ahora se vienen Inglaterra, Canadá, Japón, que están a otro nivel. Nuestro juego ha evolucionado para ganarles y hacerle partidos a ellas.
Ser mamá en el fútbol
— ¿Qué opinas del reglamento FIFA del embarazo y el fútbol?
— El fútbol es un trabajo, y aunque no he leído mucho del reglamento, lo más importante es que sigan pagando el sueldo, tal y como pasa en cualquier trabajo cuando una tira licencia por embarazo. Pero lo principal que debieran tener los clubes son convenios con jardines, sala cuna; hay muchas mamás en el fútbol; quizás en algunos clubes no hay, pero en otros hay más de una, pero ellos debieran preocuparse de eso también. Si tienen mujeres, y están profesionalizando el fútbol, es sumamente importante para nosotras saber dónde dejar a nuestros hijos y a veces se nos hace difícil encontrar jardines o colegios, para coordinarlo con nuestros horarios que son bastante diferentes.
Foto: Comunicaciones ANFP
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