Daniella Gálvez 
El informe contó con una muestra de 85 jugadoras. Entre ellas, la chilena Christiane Endler, la española Alexia Putellas, la estadounidense Crystal Dunn y la australiana Sam Kerr.
FIFPRO, en el informe publicado el pasado martes, reportó que el calendario irregular y la falta de partidos competitivos afectan de manera crítica al desarrollo de la disciplina y, por supuesto, de las jugadoras.
Entre los puntos más relevantes del reporte elaborado por el sindicato internacional de futbolistas, junto a KPMG Football Benchmark y Player Workload Monitoring Report, están la cantidad de partidos disputados con relación a las ligas y la carencia de condiciones de élite.
El informe destaca la cantidad de encuentros disputados por las futbolistas, el número deja mucho que desear. “En la temporada 2020-21, las jugadoras de la muestra participaron en una media de 29 partidos en todas las competiciones”, señala en informe.
Entre los partidos jugados no solo están considerados los de sus clubes, sino también los disputados de manera amistosa y junto a sus selecciones nacionales. Y añade que en la temporada 2019-20 fueron solo 22 los partidos jugados a raíz de la pandemia.
Si bien esto demuestra que los partidos en calendario son escasos, hay otro motivo. Este es el corto período con un alto número de partidos y un largo tiempo sin actividad. El informe lo ejemplifica de esta manera: “Dunn jugó 10 partidos en 57 días luego de un período en el que no tuvo partidos en cuatro meses”.
En cuanto a la competencia, el reporte refleja que el 26% de los minutos competitivos de las jugadoras son los correspondientes a los partidos con sus selecciones. ¿La razón? “Falta de torneos internacionales de clubes y el tamaño comparativamente pequeño de muchas ligas nacionales profesionales”, revela en informe.
Respecto a “el tamaño comparativamente pequeño de muchas ligas nacionales”, se refiere a las diferencias entre fútbol masculino y femenino. En el caso de la liga estadounidense, hay 27 equipos masculinos y solo 19 femeninos. Además de la liga femenina de Inglaterra que tiene 12 equipos femeninos frente a 20 masculinos en la Premier League.
Condiciones, a menudo, precarias
FIFPRO reveló que las jugadoras recorrieron, en promedio, 46.384 kilómetros en la temporada 2018-19. Y la lista la encabeza la chilena, Christiane Endler, quien ha viajado casi 250 mil kilómetros durante las últimas tres temporadas. En tanto, en el octavo lugar se encuentra Camila Sáez, que recorrió 193 mil kilómetros.
¿El problema? “Fuera de Europa, las jugadoras de las selecciones nacionales se enfrentan a eliminatorias ‘disociadas a y, a menudo, precarias’”. Esto, a causa de los calendarios irregulares sumado a no contar con condiciones de élite.
Por ello, el informe aconseja la aplicación de la ciencia del deporte y de las condiciones médicas específicas del fútbol femenino. Además de entregar viajes en clase ejecutiva para “satisfacer las necesidades fisiológicas de las jugadoras y mitigar los efectos de los viajes de larga distancia en múltiples zonas horarias”.
El doctor del Chelsea, Sean Carmody, dice en un artículo de opinión que una mejor organización de la carga laboral de las futbolistas es ‘crítico’ para la salud y puede contribuir a un mejor espectáculo futbolístico.
En la misma línea, la directora de Política y Estrategia para el fútbol femenino de FIFPRO, dijo que el progreso sostenible del futfem “se logrará a través de una planificación que se centre en los principios de carga de trabajo con las jugadoras en el centro del desarrollo del juego”.
“A medida que el juego femenino continúa creciendo, se sugieren estándares de élite para proteger y promover la salud y el rendimiento de las jugadoras”, concluye el informe.
Foto: Olympique de Lyon
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